Por definición, “…una externalidad se produce cuando las decisiones de producción o consumo de un agente, tienen un impacto en la utilidad o ganancia de otro agente y estos impactos no son compensados a los agentes afectados” (traducido de Perman et al 2003), en otras palabras, una persona o grupo de personas afecta a otra persona o grupo de personas de una forma no intencional y no la compensa por esto.
Lo anterior sirve para concluir que la contaminación en todas sus presentaciones, vista desde el punto de vista económico, es una externalidad, es decir, un costo social que es generado por pocos pero sufrido por muchos. Imaginemos entonces un producto A, dicho producto es el sueño de todo comprador, es de excelente calidad y es muy barato, sin embargo lo que el comprador no sabe es que su proceso de producción es extremadamente contaminante. Se tiene un producto B, que tiene la misma calidad que el producto A, la única diferencia entre los dos es el precio; el producto B es más caro que el producto A, la razón es relativamente sencilla, el producto B se produce con más controles ambientales por lo tanto es mucho menos contaminante que el producto A.
El problema es entonces, que como el producto A es más barato se vende más, por lo tanto genera más contaminación, por lo tanto es más caro para la sociedad. ¿Cómo se puede corregir entonces este problema?, internalizando las externalidades, es decir, tiene que generarse una situación (coercitiva o voluntaria) que lleve a la empresa del producto A a invertir en medidas de control ambiental que reduzcan sus niveles de contaminación. Estas medidas son costosas y alguien tiene que pagar por ellas, de manera que el dueño de la empresa se preguntará a sí mismo ¿Subo los precios? ¿Reduzco mis márgenes?
Independiente de lo que responda el empresario, es claro que cuando se internalizan externalidades se está corrigiendo una falla del mercado y al hacerlo se busca que contaminar sea caro y que los consumidores paguen el verdadero costo de los productos. Es en este punto cuando el que contamina paga y al pagar genera los recursos necesarios para corregir los efectos negativos de la contaminación. Juan Pablo Romero Rodríguez
Gerente Proyectos ESIMCO
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Excelente explicación!!, el problema radica en que el consumidor sea consiente del impacto que tiene para la sociedad comprar el producto A, siendo este el que puede llegar a sensibilizar al empresario a generar productos de la calidad como el del producto B o mejores, y que disminuyan el impacto y las externalidades que a fin de cuentas son pagadas por la misma sociedad
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